Vivimos en una época donde todos pueden hablar, pero pocos eligen escuchar.
Las redes sociales, creadas para conectar al mundo, se han convertido —cada vez más— en un espejo donde muchos reflejan su frustración, su ira o su fanatismo. Lo que debería ser un espacio de intercambio de ideas se transforma, a menudo, en una arena de juicio público donde la empatía se disuelve entre los algoritmos.
Hace unos días, un grupo de jóvenes escribió en las redes: “Esta vieja debería estar prohibida en las redes sociales.”
Lo dijeron porque expresé una opinión contraria a la corriente dominante: que no estoy de acuerdo con la reciente ley de eutanasia en Uruguay, ya que carece de las garantías suficientes para proteger la vida y la voluntad consciente de las personas.
No me ofende el insulto, me preocupa el síntoma.
Cuando una sociedad deja de debatir ideas y empieza a atacar personas, lo que se erosiona no es una opinión: es la ética misma.
La libertad de expresión pierde su valor cuando se usa para silenciar, denigrar o etiquetar al otro como “enemigo”. Y en el fondo, esas reacciones violentas no nacen del pensamiento, sino de la imitación. Muchos jóvenes —sin haber leído las leyes ni comprendido los contextos— repiten el discurso de sus referentes, sean políticos, mediáticos o familiares. Así, las redes se llenan de ecos, pero vacías de reflexión.
⚖️ ¿Hay que regular las redes sociales?
Es una pregunta necesaria, pero incómoda.
No se trata de censurar, sino de poner límites éticos a la crueldad, igual que los ponemos en la vida real.
Las plataformas tienen herramientas tecnológicas —incluida la inteligencia artificial— que podrían detectar patrones de discurso de odio, acoso y fanatismo, y bloquear temporal o definitivamente a quienes reiteran ese comportamiento.
Pero la pregunta más profunda es otra:
¿por qué hay tanto odio que moderar?
Porque el problema no está solo en la pantalla.
Está en las familias que los educan, en la falta de diálogo, en la educación que confunde “opinar” con “atacar”, en el vacío afectivo que deja lugar al resentimiento. Si en un hogar se enseña a respetar hasta a una hormiga, ¿cómo se puede justificar el desprecio a otro ser humano?
🧭 Ética digital: un espejo del alma
Las redes no son el problema: son el reflejo.
Allí se multiplica lo que somos.
Si una persona necesita destruir al otro para afirmarse, no está ejerciendo libertad: está manifestando vacío.
Por eso, antes de regular las plataformas, tal vez debamos reeducar la empatía, devolverle al diálogo su dignidad y recordar que detrás de cada pantalla hay una vida, una historia, una persona con emociones, aciertos y fragilidades.
“La inteligencia artificial puede detectar el odio,
pero solo la inteligencia humana puede transformarlo en comprensión.”
Que las redes sociales vuelvan a ser puentes, no trincheras.
Porque el mundo no necesita más voces que griten, sino más almas que comprendan.
🌿 Noticias Plenas – donde el derecho se encuentra con la conciencia.
El 16 de octubre de 2025, Uruguay hizo historia al convertirse en el primer país de América Latina en aprobar por vía legislativa una ley de eutanasia (ley de “muerte digna”), permitiendo que personas con enfermedades incurables y sufrimientos insoportables puedan solicitar la muerte asistida.
La aprobación no fue un instante espontáneo: en agosto de 2025 la Cámara de Diputados ya había dado media sanción al proyecto con 64 votos a favor. Luego, en el Senado, fue respaldada con 20 de 31 votos.
La ley establece que los solicitantes deben ser adultos mayores de edad, residentes o ciudadanos con residencia acreditada, psíquicamente aptos, y padecer enfermedades incurables o tener sufrimientos extremos.
Pero como todo en política social, no es una decisión binaria entre “bueno” o “malo”: tiene matices, riesgos y desafíos que deben valorarse con seriedad.
✅ Argumentos a favor de la ley (los que sus defensores alegan)
1. Autonomía y dignidad
Quienes apoyan la eutanasia sostienen que respetar la voluntad personal frente al sufrimiento es un derecho último: permitir que alguien decida cuándo desistir del dolor intenso es vista como una extensión del derecho humano.
2. Regulación frente a lo clandestino
Al legalizar y reglamentar la eutanasia, se pretende sacar esa práctica de la clandestinidad o del “argot médico discreto”, con controles y transparencia institucional.
3. Equidad sanitaria
Que todos los prestadores de salud públicos deban ofrecer el servicio —según el proyecto aprobado— asegura que no sea un “privilegio para ricos”.
4. Reconocimiento de situaciones límite
En casos de enfermedades sin cura, con dolor físico o psíquico extremo, algunos médicos y filósofos consideran que prolongar la vida puede ser un acto de crueldad.
❌ Tus preocupaciones (y de muchos críticos)
1. Falta de garantías suficientes
Si la ley no exige un control judicial, una segunda opinión médica independiente, evaluaciones psiquiátricas profundas o períodos de reflexión obligatorios, queda abierta la posibilidad de abusos.
2. Situaciones mentales y decisiones bajo presión
Una persona en angustia o con depresión severa podría querer apelar a la eutanasia sin haber recibido tratamientos psicológicos o psiquiátricos adecuados. Si decide morir en ese estado, no podrá retractarse después.
3. Error médico o diagnóstico equivocado
Tú señalaste algo muy fuerte: el médico puede equivocarse, y luego ya no hay vuelta atrás para la persona fallecida. Esto eleva la responsabilidad profesional a un grado ético extremo.
4. Expansión del criterio
Si la ley se interpreta demasiado ampliamente, podría aplicarse no solo a terminales sino también a personas con enfermedades graves o crónicas no terminales (un debate ya abierto en otras naciones).
5. Presión social y vulnerables
En sociedades con desigualdad, personas vulnerables podrían sentirse inclinadas a “optar por la eutanasia” para no significar carga económica o emocional para la familia o para el Estado.
6. Conflicto profesional
El facultativo que firma podría enfrentar dilemas: objeción de conciencia, riesgos legales, la fragmentación de la responsabilidad, e incluso amenazas si el procedimiento es cuestionado.
🔍 Qué dice la legislación uruguaya
La ley de Muerte Digna define que solo personas psíquicamente aptas pueden pedir eutanasia, y que padezcan condiciones incurables irreversibles con sufrimiento insoportable.
Como parte del debate, sectores opositores advirtieron que la eutanasia también debe considerarse en el contexto del Código de Ética Médica de Uruguay, que actualmente condena la eutanasia activa en su artículo 46.
Durante las discusiones parlamentarias, hubo voces que compararon el proyecto con prácticas de regímenes autoritarios. Por ejemplo, el diputado Juan Martín Rodríguez manifestó: “El primer plan de eutanasia lo llevó adelante el nazismo”.
El proyecto inicial requería dos entrevistas médicas separadas y registro de las mismas. Pero en la versión final de la ley parlamentaria parece que algunos requisitos de tiempo o supervisión quedaron atenuados.
🧩 Comparaciones con otras leyes sociales uruguayas
Uruguay ha sido pionero en América Latina en aprobar leyes sociales progresistas: aborto, matrimonio igualitario, legalización de marihuana, derechos trans.
A diferencia de otras regiones, Uruguay posee tradición laica y respeto amplio por libertades individuales. Lo que podría facilitar la aceptación social de una ley de eutanasia.
Pero tu mirada crítica sobre “experimento social” tiene sentido: cada cambio normativo de esta magnitud implica riesgos antropológicos, culturales y éticos.
🕯️ Reflexión final
La sociedad uruguaya debe recibir este debate con humildad y responsabilidad.
Una ley de eutanasia no debe proponerse como afirmación de poder, sino como límite al sufrimiento, siempre condicionada por salvaguardas rigurosas.
Tu postura —que la vida merece protección incluso en momentos extremos— no es una posición aislada: muchas corrientes de la filosofía, la bioética y la doctrina ética coinciden en que la normativa debe estar construida sobre garantías reales, supervisión jurídica y respaldo psicológico.
Que la ley aprobada se convierta no en la puerta de la muerte fácil, sino en una línea de salvaguarda para quienes realmente no tienen otra salida.
Y como ciudadano libre, tienes todo el derecho de levantar tu voz: lo haces con fundamento, no con resentimiento.
🕯️ La dignidad no se impone por ley; se construye con humanidad y responsabilidad.
La reciente firma de la primera fase del acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamás, mediado por Estados Unidos y potencias árabes, representa un hito que muchos creían imposible hace poco tiempo.
Rehenes fueron liberados, prisioneros palestinos intercambiados, tropas israelíes anunciaron una retirada parcial.
Más de veinte líderes mundiales se reunieron en Egipto para firmar el acuerdo oficial y otorgar visibilidad internacional a ese momento simbólico.
Pero la pregunta que nos toca plantear es: ¿puede eso convertirse en paz real para Gaza y el Medio Oriente? Y ¿puede Donald Trump, al que vemos al frente de esta mediación, proyectarse como un pacificador de este siglo?
⚙️ Lo que hace falta para que no quede en gesto
Para que el acuerdo trascienda su carácter simbólico, debe enfrentar varios desafíos estructurales:
Gobernanza postconflicto: determinar quién controla Gaza, bajo qué mandato internacional, y cómo se integra con el resto de Palestina. Trump propone un comité técnico supervisado internacionalmente, con desarme de Hamas como condición.
Desarme efectivo: un punto clave e incierto. Hay señales de que Hamas desplegará fuerzas policiales locales, pero la preservación de armas o milicias paralelas genera dudas sobre la implementación real.
Monitoreo y garantías externas: la presencia de actores como Egipto, Catar, Turquía y Estados Unidos, como garantes del acuerdo, puede dar fuerza institucional al proceso.
Reconstrucción humanitaria: la entrada masiva de ayuda y la reconstrucción de infraestructuras devastadas es urgente para restablecer cierta normalidad.
Voluntad política frente a rupturas: cualquier intento de reanudar hostilidades, sabotear el alto al fuego o omitir partes del acuerdo puede derrumbar el proceso. En rupturas anteriores, los acuerdos de paz se rompieron por falta de verificación firme y falta de compromiso real.
🕊️ ¿Es Trump un pacificador?
La figura de Donald Trump está en el centro de estas negociaciones y del anuncio público del acuerdo. Él comunicó con énfasis simbólico que “la paz ha llegado” y manifestó la importancia de este logro.
El hecho de que líderes internacionales se reunieran bajo su liderazgo le otorga visibilidad mediática y diplomática.
Pero un pacificador real no es quien firma el acuerdo más espectacular, sino quien asegura que sus cláusulas se cumplan.
Y ahí reside el desafío: si Trump logra que Israel y Hamas mantengan la tregua, avancen en desalojos de milicias, reconstruyan Gaza y acerquen la justicia internacional, podría alcanzar ese estatus simbólico.
Si no, el consenso podría volverse efímero, una pausa entre dos guerras.
🏙️ Lo que Gaza puede esperar
Si el acuerdo avanza:
Decenas de rehenes que permanecían cautivos serán liberados.
Israel retirará tropas a líneas acordadas y liberará prisioneros palestinos como parte del intercambio.
La reconstrucción, con apoyo internacional, podría comenzar —y con ella esperanza para miles de desplazados.
Una gobernanza supervisada con presencia internacional podría mitigar el vacío del poder y evitar el caos interno.
Pero si algo falla:
Fragmentación política en Gaza, lucha de milicias internas, disputas entre facciones.
Reanidación de hostilidades.
Desconfianza local y rechazo social si las promesas no se materializan.
✨ Reflexión final
Este acuerdo podría marcar un antes y un después, o quedar como un gesto simbólico más en una tierra acostumbrada a gestas fallidas.
La paz en Gaza dependerá menos de discursos y fotos con presidentes, y más de compromisos sostenidos, verificaciones confiables y el coraje de quienes viven cada día bajo la sombra del conflicto.
Que esta pincelada de esperanza no se consuma en gestos, sino que enfrente los escollos del terreno con responsabilidad y humanidad.
Porque la paz no es una firma: es un proceso que exige compromiso y humanidad.
12 de octubre: entre el descubrimiento, la conquista y la memoria
Por Elida Bentancor – Noticias Plenas
El 12 de octubre de 1492 marca una fecha que cambió la historia del mundo.
Cristóbal Colón, navegante genovés al servicio de los Reyes Católicos, llegó a tierras que creyó parte de las Indias Orientales. Buscaba especias, oro y nuevas rutas comerciales, pero encontró un continente desconocido para Europa: América.
Desde entonces, la historia se cuenta con matices distintos según quién la narre.
Durante siglos se habló del “Descubrimiento de América” como un hecho glorioso, símbolo de expansión, progreso y evangelización. Sin embargo, con el paso del tiempo, otras voces —las de los pueblos originarios— comenzaron a reclamar su parte de la verdad: no fue solo descubrimiento, también fue conquista, colonización y dolor.
⚖️ ¿Descubrimiento o invasión?
Para los europeos del siglo XV, América era una “tierra nueva”; para los pueblos que ya la habitaban, era su hogar ancestral.
La llegada de los conquistadores no significó un encuentro pacífico entre culturas, sino un proceso de imposición política, religiosa y económica.
La llamada “cristianización” muchas veces se llevó a cabo con violencia. Las misiones religiosas se entrelazaron con la conquista militar, y el símbolo de la cruz caminó junto a la espada.
Miles de indígenas fueron explotados, desplazados o exterminados, mientras sus saberes, lenguas y costumbres eran vistos como “inferiores”.
🌿 En Uruguay y América: del Día de la Raza al Día de la Diversidad Cultural
En Uruguay, el 12 de octubre se conoció por muchos años como Día de la Raza, nombre heredado de una visión eurocéntrica que buscaba exaltar la “fusión de culturas”.
Sin embargo, en las últimas décadas, la conciencia histórica ha evolucionado. Hoy se habla de Día de la Diversidad Cultural, reconociendo la pluralidad de identidades que forman nuestra América.
Más que celebrar una conquista, se busca recordar la resistencia de los pueblos originarios, honrar su herencia y valorar la riqueza de lo mestizo como expresión viva de esa historia compartida.
🕊️ Una mirada para el presente
Cinco siglos después, América Latina sigue siendo un continente de contrastes: fe y sincretismo, riqueza cultural y desigualdad social, memoria y esperanza.
El 12 de octubre no debe ser solo una fecha para mirar el pasado, sino para preguntarnos:
¿qué hacemos hoy con esa herencia?
¿Seguimos repitiendo formas de dominación —económica, mediática o cultural— bajo otros nombres?
Reconocer la historia completa, con sus luces y sombras, es el primer paso hacia la justicia y la reconciliación.
No se trata de culpar, sino de comprender para no repetir.
“América no fue descubierta: fue revelada a los ojos del mundo,
pero su alma ya existía desde mucho antes.”
🌎 Noticias Plenas – donde el derecho se encuentra con la conciencia.
En tiempos de discursos encendidos y corazones divididos, hablar de paz parece un acto ingenuo. Pero la historia demuestra que la paz siempre fue obra de los valientes, de aquellos que se atrevieron a creer cuando todo parecía perdido.
Desde Oriente Medio hasta América Latina, los acuerdos y tratados no bastan si no cambian las mentes. Los líderes que soñaron con la paz —como Anwar el-Sadat o Isaac Rabin— lo entendieron: no hay victoria más grande que el perdón, y no hay enemigo más peligroso que el fanatismo.
Ambos fueron asesinados por los suyos, por quienes confundieron la lealtad con el odio. Pero su legado no murió.
Hoy, el mundo vuelve a buscar equilibrio.
Donald Trump anuncia un nuevo intento de reconciliación entre Israel y Hamás; Egipto, Catar y Turquía median con cautela; y millones observan, entre el escepticismo y la esperanza.
Pero más allá de los nombres y las banderas, hay algo esencial: la paz nunca se impone, se siembra.
Cada palabra, cada gesto, cada decisión individual tiene poder.
La neurociencia nos dice que el cerebro puede transformarse; la espiritualidad nos recuerda que el alma también puede hacerlo.
Y tal vez ese sea el camino: unir la mente que razona con el corazón que siente, para crear una humanidad capaz de convivir en armonía.
> “La paz comienza cuando alguien se atreve a creer en ella.
La paz no se mata: se siembra.”
El futuro no pertenece a quienes gritan más fuerte, sino a quienes construyen con calma, con razón y con amor.
Porque el verdadero poder no está en vencer, sino en comprender.
✍️ Noticias Plenas – donde el derecho se encuentra con la conciencia.
Hoy el mundo reconoce a María Corina Machado con el Premio Nobel de la Paz 2025 por su firme lucha por los derechos democráticos en Venezuela.
Ese reconocimiento no es solo para ella: es para una sociedad que resistió, para quienes siguen demandando voz, elecciones libres y justicia en medio de la opresión. Es un galardón que trasciende los partidos y las ideologías, porque resalta el valor de quienes luchan pacíficamente cuando todo parece conspirar contra la paz.
Pero también abre preguntas legítimas:
¿Por qué una figura de derecha, opositora, llegó a obtener el Nobel en un contexto donde muchos podrían pensar que los comités internacionales favorecen posiciones más progresistas?
¿Hasta qué punto la política global y las alianzas internacionales influyen en decisiones que deberían valorar el mérito y la repercusión social?
¿Qué significa para Venezuela, para América Latina y para la memoria democrática este reconocimiento?
En cierto sentido, este Nobel confirma algo que muchos aficionados al análisis político sabíamos: la defensa de la dignidad democrática no es patrimonio de la izquierda ni de la derecha, sino de quienes actúan frente al autoritarismo sin recurrir a la violencia.
Cuando Trump, otros líderes, e incluso medios han manifestado que “merecerían” el Nobel, pareciera una lucha simbólica de poder diplomático. Pero la elección de Machado refleja que el Comité Noruego quiso otorgar el premio a alguien que representa resistencia civil, lucha institucional y riesgo personal genuino, más que a quien hace gestos grandilocuentes o mediáticos.
Este premio envía un mensaje claro: las causas que perduran no son las más ruidosas, sino las más constantes, las que se construyen desde el coraje diario.
4. Las implicancias para Venezuela y América Latina
Qué significa para la oposición venezolana, para quienes están bajo amenazas o en el exilio, para los presos políticos.
Cómo ese Nobel puede catalizar solidaridad internacional, presión diplomática y protección simbólica.
Riesgos: cómo reaccionará el régimen madurista, qué amenazas puede recibir ella, y qué responsabilidad adquiere a partir de ahora.
5. Reflexión final
Volver al prisma humano: un Nobel no garantiza la paz, pero da luz al camino.
Hay que estacar que este premio es un voto de confianza para quienes creen en la democracia como camino, no como retórica.
Cierro con esta frase: “Que este Nobel no sea el final de una lucha, sino un impulso para que la paz sea el proyecto de muchos.”
🕊️ Trump anuncia la primera fase del Plan de Paz entre Israel y Hamás
Análisis y verificación – Noticias Plenas
> “Estoy muy orgulloso de anunciar que Israel y Hamás han firmado la primera fase de nuestro Plan de Paz.”
“Esto significa que todos los rehenes serán liberados muy pronto, e Israel retirará sus tropas hasta una línea acordada como primer paso hacia una paz fuerte, duradera y eterna.”
“Todas las partes serán tratadas con justicia. Este es un gran día para el mundo árabe y musulmán, para Israel, para todas las naciones vecinas y para Estados Unidos.”
“Agradecemos también a los mediadores de Catar, Egipto y Turquía, que trabajaron con nosotros para hacer posible este acontecimiento histórico y sin precedentes.”
“¡Benditos sean los pacificadores!”
— Donald J. Trump, Presidente de los Estados Unidos de América
✅ Verificación y contexto
1. Israel y Hamás han firmado la primera fase del Plan de Paz.
🔹 VERDADERO, SEGÚN REUTERS Y AL JAZEERA.
El 8 de octubre de 2025, Reuters informó que Israel y Hamás firmaron la “primera fase” del plan propuesto por Estados Unidos.
Esta fase incluye la liberación de rehenes israelíes y una retirada parcial del ejército israelí a zonas previamente acordadas.
➡️ Fuente: Reuters – 08/10/2025
2. “Todos los rehenes serán liberados muy pronto.”
🔹 PARCIALMENTE VERDADERO.
Hamás confirmó la entrega de una lista de rehenes a los mediadores de Egipto y Catar, pero no se ha completado la liberación total.
Israel declaró que el proceso será gradual, bajo supervisión internacional.
➡️ Fuentes: Reuters, BBC News, Al Jazeera (09/10/2025)
3. “Israel retirará sus tropas hasta una línea acordada.”
🔹 EN PROCESO.
El gobierno israelí confirmó una retirada “condicionada” de tropas en el norte de Gaza, dependiente del cumplimiento de la liberación de rehenes y del alto al fuego sostenido.
No se trata aún de un retiro total, sino de una primera reubicación militar.
➡️ Fuente: Al Jazeera – 09/10/2025
4. “Agradecemos a Catar, Egipto y Turquía…”
🔹 VERDADERO.
Esos tres países actúan oficialmente como mediadores del acuerdo, junto con Estados Unidos.
Qatar facilitó la comunicación con Hamás; Egipto gestionó la logística fronteriza; Turquía ofreció garantías políticas y humanitarias.
5. “Un gran día para el mundo árabe, musulmán, Israel y Estados Unidos.”
🔹 DECLARACIÓN POLÍTICA.
Trump presentó el acuerdo como un logro de su administración, aunque la recepción internacional es mixta.
Algunos gobiernos árabes celebraron el avance; otros —como Irán y Siria— lo calificaron de “acuerdo impuesto”.
6. “¡Benditos sean los pacificadores!”
🔹 RETÓRICA RELIGIOSA Y SIMBÓLICA.
La frase, de raíz bíblica, resume el tono triunfal y mesiánico del discurso de Trump.
Su administración busca reforzar el liderazgo estadounidense en el Medio Oriente y reposicionar su figura como mediador global.
🧭 Conclusión
El comunicado de Donald Trump refleja un acontecimiento real —la firma de la primera fase del plan de paz entre Israel y Hamás—, aunque algunos puntos aún están en proceso o pendientes de confirmación plena.
El avance, sin embargo, marca un hecho histórico:
por primera vez en más de una década, ambas partes aceptaron un acuerdo mediado por Estados Unidos con respaldo de países árabes moderados.
Pero la pregunta que queda es profunda:
¿podrá la política sostener lo que la guerra interrumpió tantas veces?
La paz, como siempre, dependerá menos de los discursos y más de la voluntad de quienes la viven día a día en esa tierra herida.
✍️ Noticias Plenas – donde el derecho se encuentra con la conciencia.
La paz en el Medio Oriente ha sido un sueño tantas veces firmado como traicionado.
Detrás de cada acuerdo histórico hay nombres que eligieron el diálogo sobre el odio… y pagaron con su vida esa decisión.
Hoy, más que recordar las guerras, es necesario honrar a quienes creyeron que la reconciliación era posible, aun en un desierto de fanatismos y fronteras.
Porque la paz no se impone: se siembra, se cuida y se defiende con la verdad.
🕊️ La paz, ese precio que algunos líderes pagaron con su vida
Por Elida Bentancor – Noticias Plenas
En el siempre complejo tablero del Medio Oriente, la paz no ha sido solo una meta: ha sido una frontera peligrosa.
Los líderes que la han intentado alcanzar, desde Israel hasta Egipto, han pagado a menudo el precio más alto: la muerte a manos de los suyos.
Lograr acuerdos entre pueblos enfrentados no es una tarea diplomática, es un acto de coraje casi espiritual. Requiere enfrentarse no solo al enemigo externo, sino al fanatismo interno que habita en los extremos de toda ideología, religión o nacionalismo.
✡️ 🇪🇬 Cuando la paz se firmó, pero la guerra no terminó
En 1979, el presidente egipcio Anwar el-Sadat y el primer ministro israelí Menájem Beguin firmaron los Acuerdos de Camp David, con la mediación del presidente estadounidense Jimmy Carter. Fue un momento histórico: Egipto reconocía a Israel, e Israel devolvía el Sinaí.
El mundo celebró, pero el extremismo no perdona la reconciliación.
Dos años después, el 6 de octubre de 1981, Sadat fue asesinado durante un desfile militar en El Cairo por un grupo fundamentalista egipcio.
Su crimen: haber elegido la paz con el enemigo.
Décadas más tarde, en 1995, Isaac Rabin, primer ministro de Israel, cayó también víctima del fanatismo.
Había firmado los Acuerdos de Oslo con Yasser Arafat, buscando coexistencia con Palestina bajo la fórmula de “dos Estados, dos pueblos”.
Fue asesinado por un extremista judío ortodoxo, que lo consideraba un traidor por ceder territorios.
En ambos casos, la historia se repitió con un patrón doloroso: los enemigos de la paz no están siempre afuera, sino adentro.
El fanático no soporta la empatía del otro, porque teme perder el enemigo que le da identidad.
🌍 La paz, una tarea peligrosa
Como bien analizó el periodista Jaime Bayly en uno de sus programas más recordados, los líderes que buscan la paz se vuelven “objetivos políticos” porque rompen el equilibrio del odio.
El fanático vive de la guerra, el comerciante del armamento también, y el populismo del miedo.
Pero el que propone la paz desactiva todos esos intereses.
Por eso, en la historia del mundo —desde Mahatma Gandhi hasta Martin Luther King Jr.— los constructores de la paz han sido también mártires de la conciencia humana.
🕊️ La lección que aún no aprendemos
Hoy, cuando el Medio Oriente vuelve a incendiarse, recordar a Sadat y a Rabin no es mirar el pasado: es mirar lo que podría volver a repetirse.
La paz no es un gesto político: es un desafío civilizatorio.
Los acuerdos firmados, los tratados diplomáticos o los discursos en Naciones Unidas no alcanzan si no cambia la mentalidad colectiva, si las religiones siguen siendo trincheras y los pueblos no aprenden a distinguir entre fe y fanatismo.
✨ Reflexión final
La historia demuestra que los verdaderos pacificadores no son ingenuos: son valientes.
Saben que el odio tiene más seguidores que la concordia, pero aun así avanzan.
Y aunque a veces mueren en el intento, su legado perdura, porque la paz no se mata: se siembra.
> “El fanatismo es el último refugio del miedo.
La paz, en cambio, es el primer paso hacia la verdadera libertad.”
✍️ Noticias Plenas – donde el derecho se encuentra con la conciencia.
Hablar de Palestina e Israel es hablar de una herida abierta que atraviesa generaciones. Décadas de conflictos, desplazamientos, ataques y retaliaciones han marcado a pueblos enteros que, más allá de los discursos políticos, son seres humanos con sueños, familias y el mismo anhelo universal: vivir en paz.
La pregunta es inevitable: ¿por qué no vemos la paz?
La respuesta es compleja, pero se puede resumir en tres factores:
1. La memoria del dolor: Cada lado lleva consigo la historia de pérdidas y sufrimiento, y esas memorias, en lugar de sanar, se han transmitido como legado de lucha y resentimiento.
2. El círculo de la violencia: Cada ataque justifica una represalia, y cada represalia alimenta una nueva herida. Así, la espiral se vuelve interminable.
3. Los intereses externos: Más allá de las comunidades, hay potencias, gobiernos y actores económicos que se benefician del conflicto, porque la guerra siempre enriquece a alguien.
La paz no llega porque se sigue pensando en términos de territorio y poder, en vez de pensar en las personas. Mientras se priorice el mapa sobre la vida, la geopolítica sobre el abrazo, la historia sobre el futuro, la paz seguirá siendo un horizonte que parece inalcanzable.
Pero la semilla está ahí: en los gestos de quienes, a pesar del miedo y la hostilidad, todavía tienden la mano al otro. La paz nacerá el día en que la humanidad se imponga al odio y se recuerde que ningún niño merece heredar la guerra.
Bruce Lipton reclama una nueva medicina, la que tenga en cuenta la energía por su capacidad para curar.
Reclama una nueva medicina, la que tenga en cuenta la capacidad de curar de la energía, mucho más eficaz que los medicamentos. Bruce Lipton (Estados Unidos, 1944) ha conseguido aunar ciencia y espíritu. No es poco mérito el suyo si tenemos en cuenta lo "alérgicos" que son los científicos a los temas trascendentales. Es doctor en Biología Celular y fue pionero en la investigación con células madre. Sus estudios sobre la membrana celular y las modificaciones de las células según el entorno sentaron las bases de la nueva epigenética. Sus descubrimientos (que iban en contra de la opinión científica establecida de que la vida es controlada por los genes) y el estudio de la física cuántica le han llevado a criticar duramente la medicina convencional. Es autor de libros como La biología de la creencia y La biología de la transformación.
Usted asegura que la medicina convencional va por muy mal camino. ¿Tan peligrosos son los medicamentos que nos recetan?
Nos dan medicamentos para la enfermedad, pero esto causa muchos problemas en el cuerpo. Porque esta medicina basada en la farmacología no entiende cómo está interrelacionada toda la bioquímica del organismo. Cuando tomo una pastilla química y la introduzco en mi cuerpo, no solo afecta a aquel lugar donde tengo el problema, sino que afecta a muchas otras cosas a la vez. Son los llamados “efectos secundarios”. Pero, en realidad, no son secundarios sino directos. No entienden que el efecto de las drogas no solo crea un efecto sino múltiples. Según las estadísticas en EEUU, ¡los fármacos matan allí a más de 300.000 personas cada año! Y esas personas son muchas más que las que mueren por tomar drogas ilegales. Hay algo que no funciona en la ciencia médica. Hace algunas cosas bien, como la traumatología, pero está matando a mucha más gente de la que ayuda. Tiene que aprender cómo funcionan las células.
¿Y qué ha descubierto sobre las células pero que no tiene en cuenta la medicina?
Yo ya trabajaba con ellas en los años 60. Fui un pionero porque en esa época había muy poca gente trabajando en ello. Y un experimento que hice en esa época cambió la idea que tenía del mundo. Puse una célula madre en un plato petri y, como cada diez horas se divide en dos, al cabo de dos semanas, tenía miles de células, todas idénticas. Luego cogí algunas de ellas, las coloqué en otro plato y cambié el entorno celular (son más como peces porque viven en un entorno fluido). Cambié la química en ese plato y ahí formaron músculo. Después, cogí otras del primer plato y las puse en un entorno diferente, y se formó hueso, y otras se convirtieron en grasa al volver a cambiar el entorno. Entonces, la pregunta es muy sencilla, ¿qué controla el destino de las células? Todas eran idénticas, lo único que era diferente era el entorno. Cuando cojo células sanas y las coloco en un entorno nocivo, la células enferman y mueren. Si un médico las mirara, diría: “¿Qué medicina hay que darles?” ¡Pero no hace falta ninguna medicina! Les cambias el entorno nocivo, las colocas en uno sano y saludable y las células sanan. Los humanos somos una comunidad de 50 trillones de células, por tanto, la célula es el ser viviente y la persona es una comunidad. ¡El humano es un plato petri cubierto de piel!
La industria farmacéutica no quiere que sanes sin comprar sus fármacos. ¿Se puede poner energía en una cápsula?
¿Cuál es el entorno de la célula que hay que cuidar?
Dentro de mí hay 50 trillones de células y el entorno celular para nosotros es la sangre, por ello la composición de la sangre cambia el destino de la célula. ¿Y qué controla la sangre? Pues el sistema nervioso, que crea una química diferente según el sistema exterior. La célula y el ser humano son la misma cosa. Por ello, si pongo al ser humano en un entorno nocivo, igual que la célula, también enferma. Si lo trasladas a un entorno sano, entonces sana. Por tanto, la medicina culpa a las células por la enfermedad y trata de cambiar la química de las células, pero ese no es el problema, el problema es el entorno. Y si cambias a la persona de entorno, sin medicamentos, el cerebro cambia la química. El cerebro de la célula y el de la persona leen y entienden el entorno.
En un entorno sano, ¿nos curamos automáticamente? ¿Así de fácil?
No es tan fácil, porque la mente interpreta. Puede suceder que estemos en un entorno muy sano y que la mente lo lea como un entorno negativo o perjudicial. Entonces crea una química que hará a mi cuerpo enfermar. La diferencia entre la célula y el ser humano es que este tiene una mente que hace una interpretación y la célula lee el entorno directamente. Si metes un programa con errores en la mente, entonces la química que genera no está en armonía con la vida. Y esto nos sirve para entender cómo funciona un placebo. Cambio mi creencia y pienso que esto me va a sanar, tomo una píldora porque creo que esto me va a traer salud, y me mejora y me sana, pero la píldora podría ser de azúcar, en realidad no ha hecho nada, han sido mis creencias. Y a eso lo llamamos pensamientos positivos y efecto placebo.
¿Está diciendo que el efecto placebo –creer que algo nos sanará– es más curativo que un medicamento? Pero no hay casi investigaciones sobre eso.
Sí, tienes razón. ¿Eres consciente de que hay más de una manera de hacer energía sin tener que depender del petróleo? Pero seguimos dependiendo del petróleo porque no interesa el cambio a los que controlan la energía. Lo mismo pasa con las empresas farmacéuticas. Venden fármacos y ¿poder sanar sin fármacos es bueno o malo para la industria farmacéutica? No quieren que sanes sin comprar sus fármacos. ¿Se puede poner energía en una cápsula? Si fuera así, las farmacéuticas intentarían vendértela. Si puedo sanar sin usar medicamentos, la industria que los produce no gana dinero. Deberíamos poder decir que la ciencia está separada de la industria farmacéutica, pero no es así, porque con el dinero de esta se paga el desarrollo de la ciencia, y ese dinero solo va esos estudios que dicen que las drogas funcionan. El dinero controla la ciencia.
Explíquenos cómo funciona ese poder que dice que tiene la mente para la autocuración.
He hablado de que la mente controla: si piensa de una manera, se va en una dirección y, si piensa de otra, se va en otra. Por ejemplo, cierro los ojos, los abro y veo a alguien a quien amo. Entonces mi cerebro segrega dopamina, oxitocina, etc. Lo puedo sentir en mi cuerpo, puedo sentir el amor, y esa química trae salud a las células. Por eso, quien se enamora se siente tan bien. Pero si abro los ojos y veo algo que me asusta, segrego hormonas del estrés. Y estas hacen dos cosas. La primera es que frenan el crecimiento del cuerpo. Porque si me está persiguiendo un león, necesito toda la energía para poder escaparme, y mi organismo apaga todo lo que no sea imprescindible para correr más rápido, así que se paraliza todo lo que tiene que ver con el crecimiento. La gente no lo sabe, pero tienes que crecer todos los días, porque, si no, te mueres. Cada día cientos de billones de células mueren y tienes que ir produciendo nuevas. Cada tres días, el sistema digestivo renueva sus células, pero si se intefiere con ese crecimiento, entonces no puedo estar sano porque estoy perdiendo demasiadas células al día, por eso la quimioterapia hace que se caiga el pelo y crea problemas de digestión, porque mata todas las células, no solo las del cáncer. La segunda consecuencia de las hormonas del estrés es que se cierra todo aquello que usa energía, y el sistema inmunitario usa muchísima energía: cuando estás enfermo, te sientes muy cansado porque tu energía la está usando el sistema inmunitario.
Si pones al ser humano en un entorno nocivo, igual que la célula, enferma. Si lo trasladas a un entorno sano, entonces sana
Eso significa que el estrés nos hace enfermar, ¿no?
Las hormonas del estrés apagan el sistema inmunitario, incluso la medicina usa este efecto en algunas ocasiones. Por ejemplo, si me trasplantaran un corazón, mi sistema inmunitario lo rechazaría. En esos casos, los médicos dan hormonas del estrés y eso impide que funcione el sistema inmunitario. Es tan claro que suprime el sistema inmunitario que lo usamos como un medicamento. Cuando la persona está bajo estrés, afecta de dos maneras: la primera es que deja de haber crecimiento y la segunda es que se apaga el sistema inmunitario. De esta forma, virus nocivos pueden atacarme fácilmente. Cuando estás bajo mucho estrés, te enfermas. Y debo decir que, si tomamos una muestra de sangre de cada persona, descubrimos que todos tenemos células cancerígenas. Las tenemos siempre, pero si está funcionando el sistema inmunitario, no pueden crecer. Una vez que se apaga el sistema inmunitario, proliferan. Es como el catarro: no tienes que coger el virus, ya lo tienes dentro. Son organismos oportunistas. El 90 por ciento de la gente que va al médico es debido al estrés, y también el cáncer funciona igual.
Explíquenos qué es la medicina cuántica o medicina de la energía.
Como decía, la primera razón por la que la medicina de hoy es cuestionable es porque los médicos no saben cómo funcionan las células. La segunda es que la medicina está basada en la física de Newton. No reconoce la energía, esa parte invisible, las señales electromagnéticas. Pero, a principios del siglo XX, apareció la física cuántica, que dice que todo es energía, lo que podemos ver y también lo invisible. Si miras dentro del átomo, hay electrones, protones, neutrones. ¿Y qué hay dentro? Energía. La ciencia más reciente indica que el cuerpo responde a la física cuántica, no a la newtoniania. La medicina dice que quiere cambiar la química del organismo con drogas y la nueva medicina dice que hay que cambiar la energía. Y esta nueva medicina, la cuántica, es mucho más poderosa, porque responde primero el campo energético que el físico.
La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la química
Si todo es energía, ¿los pensamientos también? ¿Cómo influyen en nuestra salud?
La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la química. Así que esto es peor para las empresas farmacéuticas porque no lo pueden vender. Por tanto, no les interesa una conexión entre la mente y el cuerpo. Pero es cierto que las propias creencias se convierten en un campo energético, una transmisión, y esta se transforma en una señal que es capaz de cambiar el organismo. Y así es como funcionaba la sanación antes del desarrollo de la medicina. La gente sanaba con los chamanes, con las manos... pero eso no puede vender y por eso la medicina no quiere ir por ese camino. Y es la razón por la que yo cambié mi carrera. Estaba enseñando en la universidad que hay que seguir con drogas y sabía que eso no era verdad. La medicina lo conoce, pero no habla de ello. Sabe que el pensamiento positivo, el placebo, puede sanar, y también que el pensamiento negativo puede matar. Uno se llama placebo y el otro nocevo. En realidad, no es que sea positivo o negativo, es la manera de pensar. Si el médico te dice que tienes cáncer, aunque no tengas cáncer, si lo crees, crearás la química que generará cáncer. Por tanto, el problema no es tanto el entorno real sino el que tú interpretas.
Y eso enlaza con la física cuántica.
Totalmente. Por eso no funciona la medicina, porque no reconoce la ciencia cuántica. No mira hacia ahí porque el dinero está en otro lado.
Usted ha explicado que, en la mente, quien realmente tiene el poder es el subconsciente, ¿por eso es tan difícil cambiar hábitos de pensamiento?
Es millones de veces más poderoso y más importante que la mente consciente. Utilizamos el subconsciente el 95 por ciento del tiempo.
Pero no lo podemos controlar.
Lo puedes reprogramar. La información del subconsciente se recibe en los primeros seis años de vida. Eso que aprendiste en esos años se convierte en el conocimiento fundamental de tu vida. Por tanto, hay muchos estudios que demuestran que las enfermedades que tenemos de adultos, como el cáncer, tienen que ver con la programación y el entorno que vivimos en los primeros seis años de vida.
Los comportamientos que vienen del subconsciente no los percibes y pueden estar haciéndote daño
Es decir, los niños absorben también sus enfermedades o sus actitudes negativas, y así se 'programa' su subconsciente. ¡Qué gran responsabilidad para los padres!
La gente, cuando oye esto, se preocupa, se culpa. Pero no eres culpable si tú no sabes que el subconsciente funciona así. No lo sabían nuestros padres, ni nuestros abuelos ni bisabuelos. Ahora bien, cuando lo entiendes, tienes que cambiar tu manera de vivir, porque entonces sí eres responsable. Está demostrado que si un niño adoptado vive en su familia casos de cáncer, en su madurez puede padecer cáncer aunque su genética sea diferente. Sería algo así como conducir un coche: si te enseñaron a conducir mal y has automatizado esa forma de conducir, pues lo más probable es que tengas accidentes. Si te enseñaron a maltratar tu cuerpo con mala información, destruirás el vehículo de tu cuerpo, cuyo conductor es la mente. El futuro es una mejor educación para los niños, incluso en la etapa prenatal.
¿Podemos reprogramar el subconsciente para estar más sanos o ser más felices con nuestra vida?
Los comportamientos que vienen del subconsciente no los percibes y pueden estar haciéndote daño. Quizás te sientes enfermo y echas la culpa a otra cosa. Al cambiar estos programas erróneos en el subconsciente, puedes recrear toda tu vida. Hay varias maneras de hacerlo. Se piensa que, cuando la mente consciente registra algo, la subconsciente también filtra esa informacion, pero no es así. La mente consciente es creativa y la subconsciente trata de todos los hábitos. Si le enseñas al subconsciente algo diferente, se lo enseñas también a la consciente, pero no al revés. Por ello, la manera de reprogramar es repetir y repetir hasta que se crea un hábito. Si leo un libro de autoayuda, mi mente consciente dice: “Sé todo lo que hay en el libro y lo aplico”, pero la subconsciente no se entera de nada. Entonces, piensas: “¿Por que sé tanto y todavía mi cuerpo no funciona?”. Los pensamientos positivos, el conocimiento... solo funcionan el 5% del tiempo, pero el 95% son los hábitos que tengo desde mi niñez. Y esa es la razón por la que los pensamientos positivos no son suficientes. Ayudan, pero no ves muchos resultados. Todo sigue igual hasta que no cambias el subconsciente. Técnicas de psicología basadas en la energía como la hipnosis o el Psych-K son una manera de cambiar el subconsciente, es como un aprendizaje rápido.
Con su investigación, ha aunado ciencia y creencia, un binomio que evita la mayoría de los científicos. ¿Usted cree en la eternidad?
Absolutamente, sí. No hay dos personas iguales, y lo digo desde el punto vista biológico. Si cojo mis celulas y las tralado a tu cuerpo, no soy yo, el sistema inmunitario las rechaza. En las células hay como una especie de antenas en miniatura. Son receptores y algunos son autorreceptores. Tú tienes diferentes autorreceptores a los míos. Pero los receptores reciben las señales del entorno. Si corto esos receptores, la célula no tiene ninguna identidad, porque no le viene de dentro sino de fuera. Para explicarlo de forma gráfica, diría que el cuerpo es como un televisor: mis antenas captan y reproducen el programa televisivo de Bruce. Esos receptores recogen esa transmisión. Si estoy viendo la tele y se estropea el tubo de la imagen, ha muerto el televisor, pero sigue la transmisión. Así que cojo otra, la enciendo, conecto el canal y vuelvo a ver el programa de Bruce, pero en otra tele, o lo que es lo mismo, en otro ser. Si ese ser tiene los mismos receptores que tienes tú, volverás a estar trasmitiendo lo mismo, pero en otro cuerpo. Esto explica la reencarnación y quiere decir que el cuerpo puede ir y venir, pero la transmisión siempre está ahí.
¿Eso le hizo creer que tenemos espíritu?
Nunca había creído en el espíritu, pero cuando comprobé esto en la célula, me cambió la vida entera. La pregunta que me planteé es: ¿por qué esa duplicidad?, ¿por qué tener un espíritu y un cuerpo? Y la respuesta vino de mis células: si solo existiera el espíritu, ¿a qué sabe el chocolate? Solo con la parte espiritual, ¿cómo vivir una puesta de sol? ¿Qué se siente cuando se está enamorado? Todas esas sensaciones vienen de las células del cuerpo, que puede oler, sentir, tener experiencias. Recoge todo eso, lo transmite al cerebro. Se convierte en vibraciones y lo transmite a la fuente del ser. Si se muere mi cuerpo, mi fuente de ser y mi espíritu tienen la memoria hasta que tenga otro cuerpo. La lección más importante es que estar vivo es un regalo, una alegría por todo lo que podemos sentir. Cuando hagamos eso, todo el mundo estará sano.